El nuevo requisito mínimo de capital impuesto por el Banco Central de Brasil debería remodelar el mercado de criptomonedas en el país y transformar 2026 en un año de consolidación, aunque silencioso.
Por un lado, las grandes empresas esperan que las pequeñas empresas actúen. Estas tendrán que sobrevivir bajo la nueva normativa que busca crear empresas con estructuras más robustas y una alineación definitiva con el sistema financiero tradicional.
“Esperábamos que la norma se situara en un rango de entre R$1 millón y R$5 millones, pero la regulación determinó valores entre R$10,8 millones y R$37 millones. Este fue un aumento muy grande e imprevisto”, declaró a NeoFeed Bernardo Srur, presidente de la Asociación Brasileña de Criptoeconomía (ABcripto).
Actualmente, según ABcripto, alrededor del 80% de las empresas de criptomonedas en Brasil son pequeñas o medianas. En otras palabras, solo el 20% estaría dispuesto a cumplir de inmediato con el requisito de capital mínimo.
El reglamento se publicó en noviembre de 2025 y establece que las empresas deben comenzar a adaptarse en febrero de 2026, con fecha límite en noviembre. Según Srur, el plazo es ajustado, lo que podría estimular una ola de fusiones y adquisiciones o provocar la salida de empresas del sector.
Sin embargo, tras bambalinas, el panorama es más claro: las grandes empresas no tienen prisa por realizar adquisiciones. Los ejecutivos del sector creen que, para las plataformas de intercambio que ya están capitalizadas y cuentan con una infraestructura completa, como tecnología, custodia y cumplimiento normativo, el principal activo de las pequeñas empresas es su base de clientes.
En la mayoría de los casos, resulta más económico competir por estos usuarios en el mercado que financiar adquisiciones. "No veo prisa por fusiones y adquisiciones ahora mismo. Las grandes empresas prefieren esperar", declaró un director ejecutivo entrevistado por NeoFeed bajo condición de anonimato.
El efecto práctico debería ser la consolidación a través de la salida, lo que significa que las empresas más pequeñas, que carecen de la escala para justificar el costo regulatorio, tienden a cesar sus operaciones.
Al mismo tiempo, la regulación se perfila como un sello de calidad. Para Ricardo Dantas, CEO de Foxbit , organiza el mercado, aumenta la protección del consumidor y permite a las instituciones financieras tradicionales operar con criptomonedas de forma estructurada.
Según el análisis de la compañía, 2025 marcará la consolidación institucional del sector, con ETFs, fondos y bancos incorporando las criptomonedas a su infraestructura financiera. En 2026, el siguiente paso será la integración definitiva con el sistema financiero.
Esta integración está impulsada principalmente por las monedas estables, los pagos y la expansión del mercado B2B, que probablemente ganará fuerza a medida que las empresas comiencen a utilizar las criptomonedas como infraestructura y no solo como un activo de riesgo.
Algunos actores brasileños ya se están posicionando para este movimiento. Ripio , que opera en varios países de Latinoamérica y Estados Unidos, lanzó recientemente una moneda estable vinculada al real brasileño, apostando por el crecimiento de las soluciones locales de liquidación, intercambio y tesorería corporativa.
El director ejecutivo, Sebastián Serrano, afirma que Brasil representa alrededor del 30% del volumen global de la compañía y, por lo tanto, no tiene intención de abandonar el país ni siquiera con regulaciones más estrictas. Sin embargo, serán necesarios ajustes operativos.
“Para las empresas con escala y visión a largo plazo, la regulación no es un impedimento. Cambia su forma de operar, pero no la razón para permanecer en el país”, afirma Serrano.
Ripio decidió consolidar sus operaciones brasileñas en una sola entidad legal, concentrando las licencias y reduciendo los costos administrativos. Se espera que otras empresas con estructuras fragmentadas repitan esta estrategia para ganar eficiencia y justificar económicamente su presencia continua en el país.
En opinión de Serrano, 2026 también marca un punto de inflexión para la adopción corporativa, impulsada por la claridad regulatoria.
"El próximo ciclo de crecimiento no provendrá de la venta minorista especulativa, sino del uso de criptomonedas en pagos, divisas y tesorería", afirma.
La interpretación es similar a la de otros grandes exchanges, que están dejando de presentarse como empresas "exclusivamente de criptomonedas".
Cartera más amplia
La ambición ahora es convertirse en plataformas financieras completas, ofreciendo crédito, cambio de divisas, pagos e inversiones tradicionales, con criptoactivos integrados en un portafolio más amplio, un camino que Mercado Bitcoin y Foxbit ya vienen siguiendo.
Según Isaías Sznifer, socio de Seneca Evercore , este movimiento es estructural y no meramente estratégico. La nueva regulación acelera un cambio orientado a proteger y fortalecer la relación con el cliente.
"Lo que hemos estado escuchando con más frecuencia son conversaciones sobre cómo una empresa de criptomonedas se convierte en una plataforma de inversión más amplia", dice Sznifer.
Según él, la lógica es reducir la dependencia de una relación puramente transaccional. «Este cliente de criptomonedas también es cliente bancario y realiza otras actividades financieras. La percepción es: si puedo ofrecerlo todo, las criptomonedas se convierten en parte de la oferta, y no la única», afirma.
Este nuevo ciclo se produce en un contexto global menos eufórico. Las señales de mayor cautela entre las grandes tesorerías de criptomonedas y los movimientos de capital defensivos indican que 2026 podría traer otro invierno criptográfico.
Una proyección de Bloomberg Intelligence estima que Bitcoin, que actualmente cotiza a $86,800, podría caer a $50,000. En un escenario más extremo, podría caer a $10,000.
Strategy, la mayor tesorería de Bitcoin del mundo, suspendió las compras de la criptomoneda en las últimas semanas de diciembre y optó por reforzar sus reservas de efectivo. La compañía aumentó sus reservas en dólares a 2.190 millones de dólares estadounidenses, manteniendo sin cambios sus tenencias de Bitcoin.
En Brasil, episodios recientes que involucran a empresas de tesorería de criptomonedas, como el caso OrangeBTC , han llegado a la atención del mercado como advertencias sobre los riesgos de los modelos altamente expuestos a los ciclos de precios.
Desde la IPO inversa, las acciones de OrangeBTC han perdido valor significativo, lo que llevó a la compañía a recomprar algunas de las acciones en un intento de frenar la devaluación.
Aunque no motivaron directamente la nueva regulación, estos episodios se han citado en los debates del mercado como señales de alerta. Entre los inversores y los clientes institucionales, la interpretación es que los modelos con capital limitado y gobernanza deficiente son más vulnerables a ciclos de corrección y períodos de liquidez más restrictiva.
En este contexto, el requisito de capital mínimo debería funcionar como un mecanismo de selección. Al aumentar el nivel de entrada, tiende a reducir el número de participantes, pero también a aumentar la previsibilidad del sector, creando un entorno más favorable para que bancos, fintechs y grandes empresas se incorporen al uso de criptomonedas en pagos, intercambio de divisas, tokenización y automatización financiera.