La complejidad del escenario electoral en el país para 2026 no impide que Bank of America (BofA) pronostique el inicio del ciclo de recorte de tasas de interés por parte del Banco Central tan pronto como enero y en el rango de 0,5 puntos porcentuales (pp), pese al comunicado del Copom del día anterior recomendando "cautela" ante un escenario de "elevada incertidumbre".

Esta proyección optimista sobre el recorte de las tasas de interés, expresada el jueves 11 de diciembre por David Beker , responsable de economía en Brasil y estrategia para América Latina de BofA, se ve reforzada por otros temas polémicos en torno a las perspectivas para el próximo año, entre ellos una elección presidencial polarizada, el conflicto entre el Congreso y el Ejecutivo, la incertidumbre sobre la trayectoria de la política fiscal y la volatilidad de la economía global con un dólar débil.

En una conversación con periodistas, Beker admitió que esperaba que el Banco Central suavizara un poco su lenguaje en el comunicado emitido tras la reunión del Copom del miércoles 10 de diciembre. Según él, esto confirma la estrategia del Banco Central de mantener una postura restrictiva "hasta el último minuto", lo que justificaría la apuesta de BofA por un posible recorte de tipos de interés ya en enero.

“Si el Banco Central comienza a relajar la política monetaria demasiado pronto, el mercado lo descontará y se perderá credibilidad”, afirmó, recordando que la apuesta por iniciar los recortes en 0,5 puntos porcentuales se debe al alto nivel de la tasa Selic . “No tiene sentido, tras un largo período con tasas de interés del 15%, iniciar los recortes en 0,25 puntos porcentuales”. Con esto, BofA prevé reducciones en todas las reuniones del Copom, lo que llevaría la tasa Selic al 11,25% al final del ciclo, frente a las previsiones del mercado del 12%.

Beker admitió que el optimismo sobre los recortes de las tasas de interés está vinculado a otras previsiones bancarias para la economía brasileña en 2026, incluida la inflación, que se espera que baje del 4,5 % este año al 4 % en 2026. «La proyección de inflación para 2026, incluso por encima de la meta, indica una trayectoria de desaceleración, siendo el principal riesgo el dólar global, seguido de la fortaleza del mercado laboral nacional», afirmó.

En cuanto al Producto Interno Bruto (PIB), el banco espera que el crecimiento de este año del 2,5% se desacelere al 2% en 2025. "El segundo semestre de este año fue débil y esta debilidad se está trasladando al próximo año", añadió.

BofA también prevé una trayectoria bajista para el tipo de cambio, con el dólar cerrando el próximo año en el rango de R$ 5,25, apoyado en un dólar globalmente débil: "El nivel actual se explica por el escenario externo y las altas tasas de interés, ya que la balanza de pagos ha empeorado".

Escenario electoral

La previsible volatilidad causada por el escenario electoral, que determinará la confianza del mercado a lo largo del próximo año, no asusta a Beker. Según él, el buen desempeño del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en las encuestas reduce el riesgo fiscal para 2026.

"En un escenario en que Lula se sienta cómodo con la reelección, es cuestionable que el gobierno aumente el gasto fiscal en la misma proporción que si le fuera peor en las encuestas", afirmó.

Según el economista de BofA, el reciente discurso televisado del presidente mostró que Lula ya delineó los temas que explorará en la campaña, como la exención del impuesto de renta para quienes ganan hasta R$ 1.500, vales de gasolina, etc. – en otras palabras, no se espera que el gobierno aumente el gasto fiscal descontroladamente.

"El tema de las tarifas gratuitas de autobús, que ha sido discutido por miembros del gobierno durante los últimos meses, debería dejarse para la próxima administración, si gana el gobierno actual", enfatizó.

Ni siquiera se espera que la entrada de Flavio Bolsonaro en la carrera presidencial provoque un cambio significativo en las expectativas. "Se introdujo un elemento que no estaba en el escenario, y luego el mercado descontó esta mayor incertidumbre", dijo, refiriéndose al impacto en el índice Bovespa y el tipo de cambio del dólar.

Beker predice que las repercusiones de la contienda electoral deberían guiar al mercado más adelante, entre abril y mayo. "La trayectoria de la deuda respecto del PIB será crucial en el debate electoral", afirmó. "Brasil necesita indicar alguna medida de ajuste, aunque sea pequeña, para diferenciarse positivamente".

Escenario global

Beker señala la debilidad del dólar como motor de la economía global en 2026. "Un dólar más débil y una China mejor de lo esperado deberían sostener los flujos de capital hacia los países emergentes", afirmó, citando la proyección de BofA de un crecimiento del PIB chino del 5% —superior al 4,7% proyectado por el propio gobierno chino—, "respaldado por el optimismo en los metales vinculados a la inteligencia artificial, la infraestructura y las energías limpias".

Según él, el flujo de capital hacia China debería continuar, beneficiando indirectamente a Brasil. Para América Latina, BofA cree que el calendario electoral presidencial en cuatro países —Chile, Colombia, Perú y Brasil— sugiere un giro a la derecha en la región.

Según Beker, existe la posibilidad de mayores recortes de tasas de interés de los que el mercado anticipa en México, Colombia y Brasil. "México enfrenta riesgos relacionados con la renegociación del T-MEC, especialmente con la posible presión de Trump, mientras que en Argentina el panorama es optimista tras las elecciones legislativas, que permiten al gobierno avanzar con reformas estructurales", afirmó.

En cuanto a Estados Unidos, BofA también mantiene un pronóstico más optimista que el mercado. Según Beker, la economía estadounidense debería seguir creciendo en 2026, lo que limita el margen de acción de la Reserva Federal, el banco central estadounidense.

“La perspectiva actual es que no habrá más recortes de tasas en la próxima reunión de la Fed, con posibles recortes solo en el segundo semestre del año, dependiendo de los datos”, dijo. “El margen para recortes de tasas de interés es limitado”.

El dilema de la Fed, sin embargo, refleja una tendencia entre los bancos centrales de todo el mundo. «El proceso de desinflación podría estar asentándose, y el principal ciclo de recortes de tasas de interés podría ya haberse producido», advirtió.