La Ley 15.270, promulgada a fines de noviembre, colocó un nuevo componente en el radar de inversores, emprendedores y profesionales autónomos: una combinación de retención mensual sobre dividendos y un ajuste anual para garantizar un impuesto efectivo mínimo del 10% para quienes se encuentran en los tramos de altos ingresos a partir de 2026.

Bajo este mecanismo, todos los pagos de dividendos de una misma empresa que superen los R$ 50.000 mensuales están sujetos a una retención del 10%. Por ejemplo, a una persona que reciba R$ 55.000 en dividendos se le retendrán R$ 5.500. Sin embargo, para los no residentes, no existe una retención mínima: cualquier distribución en el extranjero está sujeta a la tasa impositiva del 10%.

La empresa pagadora ahora tiene la obligación adicional de retener y cobrar los fondos. Además, el beneficiario podría enfrentarse a una indisponibilidad prolongada de los fondos, ya que la retención es un pago anticipado y cualquier posible reembolso depende de la declaración anual de la renta.

“Es un préstamo muy barato que será concedido por los contribuyentes a la administración pública”, afirma Hermano Barbosa, socio de derecho tributario de BMA Advogados, en Wealth Point, un programa de NeoFeed .

Y el impuesto mínimo, calculado anualmente, se aplica a todas las formas de renta, no sólo a los dividendos, como los ingresos por alquiler de inmuebles, comenzando progresivamente en R$ 600 mil al año, llegando a la alícuota completa del 10% cuando la renta anual alcanza el equivalente a R$ 1,2 millón.

Se excluyeron del cálculo los valores exentos de impuestos (como las obligaciones incentivadas , LCI/LCA) y los REIT y Fiagros con más de 100 accionistas.

Esto cambia la lógica de la estructura de una cartera de inversiones. Los expertos explican que los ingresos exentos de impuestos, excluidos de la base imponible, no contribuyen a aumentar la tasa impositiva efectiva para ese contribuyente.

Así, un inversor con unos ingresos elevados por dividendos y el resto de sus activos concentrados en inversiones exentas de impuestos puede descubrir que la retención de impuestos se convierte efectivamente en un impuesto "definitivo", con menos posibilidades de reembolso.

“La preocupación del inversor ahora debería ser: ‘¿Qué puedo hacer para aumentar mis posibilidades de obtener la devolución de esta retención?’. Y luego veremos qué posibilidades de inversión existen”, afirma Roberto Freitas, director de planificación patrimonial de G5 Partners.

Para este perfil, la discusión indicó que tiene sentido simular la regla con base en la última declaración y, a partir de ahí, estudiar alternativas —entre ellas evaluar la presencia de ingresos imponibles que ayuden a “tirar” hacia arriba la tasa efectiva de impuestos, sin perder de vista el monto neto final.

Lo cierto es que ahora, estas familias empresarias y autónomos tendrán que repensar y calcular caso por caso para ver qué es más eficiente para optimizar los ingresos a partir de 2026.