La supremacía china en el mercado mundial de vehículos eléctricos está haciendo sonar la alarma para los fabricantes de automóviles europeos, que comenzaron la transición de los automóviles de gasolina a las versiones híbridas y eléctricas demasiado tarde y no pueden seguir el ritmo de la competencia china, tanto en Europa como en el país asiático.
Volkswagen , por ejemplo, dejará de fabricar vehículos en su fábrica de Dresde a partir del martes 16 de diciembre. Esta es la primera vez en sus 88 años de historia que el fabricante de automóviles paraliza una línea de producción de automóviles en una planta alemana.
La decisión, a primera vista, no está directamente relacionada con la competencia de los coches eléctricos chinos, pero revela las dificultades de Volkswagen para asignar su presupuesto de inversión de aproximadamente 160.000 millones de euros para los próximos cinco años, considerando la esperada mayor vida útil de los coches de gasolina.
El presupuesto rotatorio, que se actualiza anualmente, ha sufrido recortes en los últimos años. Para el período de 2023 a 2027, el importe equivalente fue de 180 000 millones de euros.
El fabricante de automóviles alemán ya se enfrentaba a desafíos generalizados, con la expectativa de una mayor vida útil de los motores de combustibles fósiles que requerían nuevas inversiones, en un momento en que los europeos están empezando a adoptar los coches eléctricos.
En 2025, por primera vez, las ventas de vehículos híbridos superarán a las de gasolina en el mercado europeo, con un 34,8% frente al 27,2%.
La planta de Dresde ha producido menos de 200.000 vehículos desde que comenzó la producción en 2002, menos de la mitad de la producción anual de la planta principal de VW en Wolfsburg.
La fábrica fue concebida como un escaparate de la excelencia en ingeniería de Volkswagen, y su función inicial fue el ensamblaje del sofisticado VW Phaeton. Tras la descontinuación del Phaeton en 2016, la planta de Dresde se centró en las iniciativas de electrificación de Volkswagen, produciendo recientemente el ID.3, un vehículo eléctrico.
Sin embargo, los altos costos de producción llevaron a una reestructuración de las verticales del fabricante alemán. El director ejecutivo de Volkswagen, Thomas Schäfer, declaró a principios de este mes que la decisión de finalizar la producción se tomó desde una perspectiva económica fundamental.
En sentido estricto, la medida representa un paso simbólico del fabricante de automóviles en sus planes de reducir la capacidad de producción en Alemania. Los cambios forman parte de un acuerdo firmado con los sindicatos el año pasado, que también supondrá la supresión de 35.000 empleos en VW en Alemania.
El terreno donde se ubica la planta será arrendado a la Universidad Técnica de Dresde para la creación de un campus de investigación centrado en el desarrollo de inteligencia artificial, robótica y chips.
Flujo de fondos
La decisión de Volkswagen se inscribe en un panorama más amplio de dificultades que enfrentan los fabricantes de automóviles europeos para mantener el flujo de caja debido a la caída de las ventas en China y la demanda regional, así como a los aranceles estadounidenses que impactan las ventas en Estados Unidos.
Los gigantes automotrices alemanes, que incluyen a BMW y Mercedes-Benz , además de Volkswagen, dependen de China para aproximadamente un tercio de sus ventas y se han visto afectados por una economía más débil en el país y una competencia más feroz de los fabricantes de automóviles chinos, en medio de una feroz guerra de precios por los vehículos eléctricos.
La caída de la demanda europea tampoco ayudó. Las ventas de coches nuevos en la UE cayeron un 18,3 % en agosto en comparación con el mismo mes del año anterior, alcanzando su nivel más bajo en tres años, con pérdidas de dos dígitos en los principales mercados: Alemania, Francia e Italia.
Hubo una recuperación en septiembre (+10%), octubre (+5,8%) y noviembre (+3,7%), apoyada por el aumento de las ventas de vehículos híbridos.
Un estudio realizado por la plataforma TradingPedia, basado en las matriculaciones de coches nuevos de la Asociación Europea de Constructores de Automóviles (ACEA) entre enero y septiembre de 2024 y 2025, revela una transformación estructural en el comportamiento del consumidor y en las estrategias de los fabricantes de automóviles europeos.
“Los híbridos están actuando como un estabilizador del mercado, suavizando la transición entre los motores convencionales y los vehículos eléctricos puros, especialmente en regiones donde el poder adquisitivo y la infraestructura aún limitan el avance total de la electrificación”, explica Michael Fisher, analista de TradingPedia.
El interés del consumidor europeo por los coches híbridos y eléctricos crece de forma constante, pero a un ritmo inferior al de los objetivos de la Unión Europea. Si bien representarán más del 60 % de las ventas de coches nuevos en 2025, este crecimiento no es suficiente para garantizar la transición energética dentro del plazo establecido, que prevé la prohibición de los motores de combustión en 2035.
La propia UE está debatiendo relajar las normas para no asfixiar a la industria local, estudiando lagunas regulatorias e incluso una extensión de cinco años (hasta 2040).
Bruselas ya ha señalado que no habrá una prohibición total en 2035, sino más bien restricciones graduales, con la posibilidad de una producción limitada de vehículos de combustión bajo ciertas condiciones, debido a los avances en combustibles sintéticos (e-fuels) y biocombustibles.
También se tiene en cuenta la presión de la industria automovilística europea, incluida Stellantis (propietaria de Fiat y Jeep) y Mercedes-Benz, que temen perder competitividad frente a los fabricantes de automóviles chinos.
Si bien cualquier flexibilización de las restricciones sería bienvenida para un sector que representa alrededor de un billón de euros (6,4 billones de reales) en producción económica, también conlleva riesgos. Una flexibilidad excesiva podría frenar el desarrollo tecnológico y ampliar la brecha con empresas estadounidenses como Tesla y competidores chinos como BYD.